Indio Rot
En
una de mis travesías urbanas queriendo cambiar la rutina e invitado por un
viejo amigo fui a parar a una de las localidades más diversas de Bogotá; la
bella suba. Con el ánimo de escuchar buena música y con mucha sed eso sí,
decidimos entrar a un bar rock de la zona, por estos días quiero escuchar cosas
nuevas música que no haya escuchado antes, y se ha acentuado un conato de
rencor por esos clásicos que suenan hasta en las rokolas de barrio, y que no
pienso nombrar…
Los
clásicos son eso, clásicos y como a todo viejito hay que dejarlo descansar le
digo a mi amigo, son buenos no lo niego, y algunas personas dirán que se pueden
escuchar hasta el cansancio, pero a mí me paso justamente eso: me canse me
mame, me desespera escuchar los mismos temas en diferentes sitios, no sé si sea
una crisis musical q se está viviendo; pero no se cuál es el miedo a escuchar
música nueva ? Cuando pido alguna canción de la nueva ola del rock español me
miran, como miraría un católico de pura sepa a una monja orinar en la calle… Cuando
pido algo del nuevo post punk británico me tratan como un sacrílego en medio de
una procesión de semana santa.
Entramos
al lugar muy oscuro la verdad, evocaba a
una caverna de algún personaje de película
vampirezca, calaveras y diablitos en las paredes, y afiches por montón;
desde el viejo Elvis hasta dani filth y su combo de músicos góticos. Eso me dio
un poco de tranquilidad en el momento, pero nooooo…La variedad de afiches resultó
ser inversamente proporcional al de la música y eso que en el fondo del bar un
tv de 1354 pulgadas reproducía videos de yutu (mal acto, pienso que ningún bar
debería hacerlo), mi amigo pide desde la distancia dos cervezas, un bartender bonachón
las destapa y una rubia que no pasa los veinte años las llevó a la mesa, estira
su mano y me ofrece un papelito, .. “pa
las canciones me dice”, mi amigo lo toma y me aclara que uno tiene derecho a
pedir dos temitas por tanda pedida.
Salud de rigor, familia, estudio,
trabajo, adelantamos cuaderno…La vida cuenta de dos años de silencio a causa de
su rencorosa novia, así pasaron quizás unos 45 minutos en los que no dejó de
sonar lo más conocido de las bandas más conocidas, pero de mis temas nadaaaaa.
Ya para la tercera tanda de pola le pregunté a la niña si pensaba ponerme los
temas que pedí y si no era así, pues que se ahorrara el papelito y no me
ofreciera nada, pues a estas alturas ya no pensaba escuchar ningún tema en
especial, sino quería hacer una lista de lo que no quería escuchar.
Suena
el teléfono de mi amigo y presiento algo malo…Habla en clave y manda un pico a
regañadientes, cuelga, me dice que va a ir por su novia q esta cerca que no me preocupe,
que ya viene, que la noche es joven…..
Ahora
solo y escuchando esos temas tan traginados recordé los bellos tiempos cuando
me colaba en los bares de la primera de mayo con una cedula falsa y cuando era
un camello conseguir videos porque tocaba encárgaselos en vhs originales a algún
acaudalado pariente o amigo, y que lo trajera del exterior a precios
astronómicos o hacer vigilias frente al tv con el reproductor listo para
piratearlos de algún canal de la perubolica.
Ahí en ese momento era muy difícil programar música en un bar de rock, pero se hacía, y de qué manera…
Ahora
cuando es tan fácil digitar el nombre de
la banda o de la canción en un buscador para reproducir su video se me hace irónico
que tenga escuchar los mismos temas, y lejos de sentir nostalgia siento
tristeza al ver como el trabajo de las nuevas bandas se ignora tras un radicalismo
clásico de quien pretende asegurar con eso, que la música de ahora es una
basura. Miré alrededor y vi caras muy jóvenes probablemente yo ya tenía estos
temas en mp3 antes de que ellos nacieran, desde que tengo memoria siempre me ha
gustado la música y en esa medida no me he quedado quieto en algún genero, no he dejado de dar mi atención y abrir mis
oídos a las nuevas tendencias, y más aún a lo que nunca escuché porque la radio
colombiana nunca trajo o nunca programó por algún motivo. Desde las tiendas
improvisadas hace muchos años sobre la calle 19 con 8 hasta los almacenes
actuales especializados en traer lo ultimito en música, me recorrí Bogotá buscando cositas para escuchar, y esta
noche me estoy aguantando los ladrilludos acordes de esos temas que según
algunos, nunca pasaran de moda, todo por esperar a mi amigo. La noche pasa y
sorbo tras sorbo, tema tras tema, caspa tras caspa, espero, me desespero, me
exaspero, creo q se me nota mucho, un borrachito de unos 25 años pasa y me
dice - parceee si no le gusta el rot, aquí en el primer piso hay un bar de
salsa, jejejejejejej.
Hay
una luz, ojitos verdes se acerca y me estira el papelito y señala, y pregunta, que
si esto es rock?, “quesque aquí no se
pone nada pesao, quesque la gente di aquí no le gusta la música desa como de
gritos, si?”. Me repongo, - si claro mira , la primera es una banda de
rock indie de los 80s, es la del afiche a blanco y negro que esta pegado en esa
pared, y la otra es una banda de Canadá
, no es nada pesado… Asiente como puede
asentir tiernamente un niño de 5 años
después de darle una clase de física nuclear y preguntarle si entendió, se da
la vuelta, se va, se gira y me pregunta más con su dedo índice que con su
voz “indio rot cierto?”
En
el chat de mi celu leo que mi amigo, peleó con su novia, que mejor nos vemos
otro día, que que pena, que me debe unas polas, que lo disculpe, que yo sé como
son las viejas, etc., etc.
Ojitos
viene con el papelito en la mano con sonrisa pícara y mirada compasiva estira
su mano, me lo muestra y dice como niño dando razón a vecina que “él no sabe q
es esto, y que no las pone porque de pronto a la gente no le gusta y se va,
pero que ya pone unas q de pronto le gustan a uste”...
Al
escuchar el intro de esa canción de hard rock que ya me cansó, me levanto, pago
la cuenta, el bonachón me estira la mano, y se despide socarronamente,
impunemente, burlonamente… “Hasta luego don indio rot.”